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El Sr. M estava a casa seva fent coses també seves i li va entrar molta gana, així que va trucar a la seva estimada:
- Espavila que et passo a buscar en dos minuts, que vull anar a menjar-me una vaca sencera!
Ella fent un riure va contestar:
- Que exagerat ets, ara baixo!
Ell no li va trobar la gràcia i va afegir:
- Fins ara, ves buscant un lloc on menjar vaques. – i va penjar.
Un cop es van trobar, ella va veure que no ho deia en broma i li va dir: “Que burro ets! Tira peazo gañán!” indicant-li cap a on anaven, que era un lloc on ja havia estat amb un noi rosset holandès.
Van arribar una mica tard al lloc i tot i així els van donar una taula. Quan van entrar ell va al·lucinar, ja que des de l’entrada pràcticament no es veia el final de la barra de bufet plena de pastes i pizzes de tota mena. Hi havia moltes pastes amb moltíssimes salses diferents i, després, si caminaves una mica més endavant hi havia pizzes i, si encara caminaves més, encara i havia més pasta i, encara una mica més endavant, hi havia carn i guarnicions, i aquí acabava la barra, però jo crec que si caminaves una mica més ja estaves a la frontera amb França.
Els plats eren força bons, però no us atipeu que per últim també hi ha bufet de postres, amb algunes més normals com iogurt o natilles; o d’altres més elaborades com lioneses o gelats; i finalment coses extraordinàries, com creps o ¡pizzes de xocolata!. Si finalment encara us falta alguna coseta, també podeu prendre un cafè. Tot això per 9 euros + la beguda, que va a part.
Així que si un dia podeu enganyar a algú perquè us porti a casa rodolant pel carrer com una mandonguilla gegant, no dubteu en anar al “Muerde la pasta”
Adreça: Av del Baix Llobregat s/n, Cornellà de Llobregat (centre comercial Splau)
Per part meva, a l'hora de menjar es menjar molt bé, la varietat i la quantitat de pasta es excelent, però per mi fallen les postres.
ResponEliminaEl restaurante y la comida está muy bien, pero el que dice que es el gerente es un sr. muy maleducado y con aires de grandeza.
ResponEliminaOs explico mi caso:
Mi pareja, mi bebé de 3 meses y yo fuimos a comer un sábado. Llegamos a la 13,10 horas y ya había bastante cola. Unas chicas iban saliendo y preguntaban por grupos de dos, tres, cuatro y más personas. En orden se iba pasando según tenían mesa. Cuando preguntaban por dos personas nosotros levantábamos la mano y nos decíán: no, con cochecito de bebé no. Así hasta tres veces. A la cuarta vez le dije al "señor" que preguntaba: perdona, llevamos 1 hora, somos dos y todo el rato nos deciis que con cochecito no. El "señor" muy airado me empezó a decir que él era el gerente y que si me creía yo que no sabía él el espacio de su restaurante. Yo le dije que lo que no era normal era que por llevar cochecito pasara todo el mundo que estaba detrás nuestro y me dijo que si nos ponía en una mesa que no nos fuera bien nos íbamos a quejar. Mi pareja y yo le dijimos que no nos quejaríamos y me gritó: pues pase, pase, y pasamos, claro. Y él me seguía con el rollo de que él era el gerente, y que conocía su restaurante, y dale y dale. Yo le dije que ya estaba bien, que nos dijera la mesa y ya está y me dijo que si no me gustaba que ya sabía, que me fuera. Le dije: cómo?, me está diviendo que me vaya?, y le señalé dos mesas libres en un pasillo ancho donde cabía el cochecito del bebé. Entonces muy airado me dijo: fuera de aquí, soy el gerente y tengo reservado el derecho de admisión.
En mi vida había pasado tanta verguenza, ese señor era un déspota y un sinverguenza, y así se lo hice saber. Y obviamente le pedí las hojas de reclamaciones, y me amnazó con poner él lo que quisiera. Me trajo las hojas después de 10 minutos esperando y las rellené. Mientras le decía a mi pareja que si queríamos mesa nos la daba. Yo le dije a mi pareja que antes me ponía a comer una lata de sardinas en el suelo del centro comercial, y seguí rellenando las hojas de reclamaciones.
Se las dí rellenas y le pedí que las sellara. Pues el "señor" tardó media hora de reloj en traerlas. De hecho, las trajo cuando avisé a una de las camareras de que si no me las daba llamaría a la policia. Al final las trajo y había escrito que yo no quería guardar la cola, que le había increpado y que molestaba a los clientes. ¡¡¡Qué valor!!!!, qué mentiroso. Ese señor no merece trabajar de cara al público y menos aún estar al frente de ningún negocio.
Desde luego, los dueños del restaurante no deberían contratar a personas así.
Querido anònimo, ante todo agradecer que sigas nuestro blog y agradecer aun mas que participes en el.
ResponEliminaLamentamos que no tubieses una buena experiencia en este local. Por lo que cuentas, totalmente justificado tu descontento. Por desgracia gente que no sabe tratar con la gente i que ha de hacerlo te la encuentras en todas partes.
Esperamos que tengas mas suerte si decides visitar alguno de los otros lugares que proponemos aquí.
Gracias otra vez de la Sra. B y el Sr. M